Por fin...

Por fin, después de año y medio sin descendencia canaria y de haber tirado 32 pichoncitos a la basura, Padre y madre me dieron la alegría de llevar a cabo estas dos maravillas amarillas y blancas.
Si es verdad que el nacimiento de los diamantes (24 estos 8 meses pasados) da satisfacción, no tiene comparación con el afecto que tengo hacia los canarios.
Azul, la periquita, sigue sin salir del nido y tiene cuatro huevos. Ayer tire uno que parecía vació. Poca fe tengo en esta camada ya que son ambos primerizos (igual que yo con periquitos) y me parece que tarda bastante en eclosionar el primer pichón.

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